Dispuesta a evitarle a mi primera hija frustraciones innecesarias y a prepararla para vivir en un mundo donde el inglés es la lengua de comunicación universal, decidí embarcarme en esta aventura bilingüe y hacerle un regalo para toda la vida.
No soy nativa y mi pronunciación dista mucho de ser perfecta, pero seguí mi instinto y conseguí mi propósito a pesar de no tener ni idea de por dónde empezar.
Aunque nadie me explicó cómo enseñar inglés a un bebé recién nacido, casi sin darme cuenta fui desarrollando mi propio método, que por razones obvias he bautizado como Método Maternal, y que está basado en el uso del idioma de forma natural en situaciones reales de la vida cotidiana y siempre a través de la diversión, el respeto a los ritmos del desarrollo y el amor incondicional entre mamá y bebé.